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sábado, 30 de octubre de 2010

Amenazo a Protagonistas de Nuestra Tele (Vuelve el perro arrepentido)

Parecería loco, pero no es así. Aún nos gusta ver Protagonistas de Novela (Protagonistas de su tele). O al menos conozco muchos ejemplos en los cuales mis compañeros, han gastado, invertido o rezado su tiempo viendo el bodrio televisivo que nos gusta a los colombianos. El morbo.
Seamos sinceros. La finalidad de estos programas tipo ‘reality’ es hacer pensar al televidente cómo sería la situación si él estuviera ahí. Les pregunto entonces ¿Alguno de ustedes no pensó que si estuviera en la isla perdida del Caribe con una ‘parrandada’ de desconocidos, no les diría que son unos incompetentes? ¿No pensaron que si estuvieran en la casa estudio de los protagonistas en proponerle sexo a alguna (no vale la gorda)? ¿No pensaron que bailarían mejor en bailando por un sueño?
En fin, sé que están un poco descontextualizados con todo esto de Protagonistas de Novela, pues el terrible canal RCN, nos esclavizó muchos años viendo a Andrea Serna perder los poco de periodista que tiene mientras presentaba el Factor X, que, a la larga no fue más que una vitrina para que Mauren Bely Ramírez alias ‘Marbelle’ tuviera su novela. ¡Qué condena! Y más… la gente ve eso.
Para quienes no tienen idea, les hago una breve explicación. Protagonistas de Nuestra (su) Tele es un remake de Protagonistas de Novela, el mismo reality del cual salen los papeles de meseros en las novelas colombianas. En este show, 18 seres escogidos a dedo por un jurado muuuuy dudable, son arrojados a una casa estudio (no estudian), que antes era en Argentina pero que el bajo presupuesto hizo que volviera a Bogotá. Estos ‘humanos’ son obligados a convivir por un indeterminado tiempo en ese lugar y siempre deben llevar un micrófono puesto para que los productores del programa se rían escuchando las mayores intimidades de estos seres que es lo que le gusta al público. Si ellos se remueven el micrófono, son penalizados y eso les da puntico malo y una llorada en el baño.
Allí, les enseñan unos actores desempleados a ‘actuar’. En realidad yo he visto que son clases para correr como locos en un salón y las otras de cómo besarse de la forma más morbosa posible. Después les dicen que se apoderen del papel y la gordita se lo come.
Después de que actúan, son sentenciados a padecer y orinarse del miedo mientras que la frialdad cuasi chola de Gerladine Zivic anuncia quienes sacaron puntico malo y puntico bueno. Quiénes llevan carita feliz y quiénes llevan carita mala junto al pasabordo al encierro al baño para llorar.  No obstante, eso no es todo. Está la razón para ver este programa. Cada semana. Sin excepción. El gran CARA A CARA.
Allí, estos niños se dicen ciertas verdades en las caras después de que han cocinado una conspiración que después les sale al revés. Mediante un sistema de amenazas, no de muerte, sino de diligencia de la palabra, estos seres se llaman a amenazarse unos a los otros para decirse que se echan fieros porque no han logrado establecer una comunicación. ¡Por dios! ¿Quién en su sano juicio amenaza a alguien porque no le da la regalada gana de dirigirle la palabra? Sin embargo, también se amenazan diciendo cosas tales como que “sos una falsa”, “sos una mujercita” (a un hombre), “care niña” (uuuuu)… en fin.
Ese cara a cara despierta en nosotros una impotencia gigante, como para decirle a un ser de esos llamado Francisco de que vocalice bien o al muy odiado y siempre displicente Cristian de que le baje al maquillaje y que no nos importa saber si se sabe o no los misterios del catolicísimo.
Como siempre, los televidentes, con sus profundos conocimientos de actuación, se encargan de enviar mensajes de texto a un número de cuatro dígitos para fulminar el sueño de uno de estos desocupaditos. El candidato a volver a la normalidad con más votos, sale de ese antro y se re-inserta a la sociedad común. Lejos de esa violación soberana de la privacidad y de un tipo que no sabe ni dónde deja el maquillaje ni la camándula.
En RCN también se les ocurrió poner a estos seres ‘seleccionados’ a presentar noticias. Lo único que digo en este momento es… “FACEPALM”. Aquí está ese capítulo (¡Clique!). No se confundan creyendo que es un programa peruano por la forma trabada de hablar de la chica Zívic, sino que no había pa’ más. Aunque es bueno, no contrataron a Marbelle.
Pista, el que parece a Kent que se quedó sin Barbie (porque no le gustan las Barbies) es Cristina. A quien se le perdió la virginidad virgen en un misterio. Por eso pregunta quién los cogió.
Fin de esta diatriba. Qué disfruten del reality.
¿Por qué siempre me parece que Cristian habla como un borracho?
PD: Las mejores clases que les pueden dar a este grupo de seres, serían una cátedra de español en la cual puedan enseñarles cómo conjugar los verbos activos.
Anexo que jamás superaré que una vez en la 'gala' de premiación en el teatro Colón de Bogotá, todo el maldito público se levantó a aplaudir el perro de la casa estudio. ¡What the fuck!

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miércoles, 27 de octubre de 2010

Perecer por parecer

El mero acto de existencia comprende aparecer ante un medio familiar, conocido y completamente abyecto. Como humanos, hacemos cualquier tipo de sacrificio con el fin de que al parecer sea un pseudo-placer. Nadie puede negar esa realidad, exceptuando a los muy admirados ermitaños.

Este blog se ha inspirado en la realidad, y por ello muchas veces me baso en lo que son diferentes individuos del rededor para narrar las experiencias del ahora. La carga del pasado, es la esclavitud del ahora. 
Recientemente, no sé si antes, quienes sean mayores a mí podrán confirmar o denegar lo que digo, pues, muchos ‘individuos’ (No sé si llamarles así, porque son faltos de individualidad) se han dedicado a morir por parecer lo que ni siquiera son. Yo sé que no tengo ningún derecho ni libertad en entrometerme en su determinada forma de actuar, pero sí como sujetos pasivos de su actuar, sufrimos las condiciones de su falsedad como personas.
Creo que no es necesario morir por parecer, a la larga, todo es simplemente una impresión más y las personas que en realidad quieren entablar algo de relación o seguir las cosas como fueron anteriormente, no se quedarán con impresiones. Es una secuencia lógica.
Ni en un vuelo nocturno, tampoco en la aventura diaria se conoce a la persona como tal. Se conoce cuando está en la adversidad. Y es cuestión humana. Todos, sin excepción a esta regla, en los momentos de soledad, necesidad, y pena hubimos tragado nuestras palabras para tener que decir, con la razón dada de la verdad, que las cosas son a otro precio. Simplemente, el sol no se puede tapar con un dedo.
No quiero volverme un Fernando Londoño Hoyos para esos personajes que viven de lo que no son, de una estampa dudosa, pero sí quiero dejar en claro, que muchos de nosotros estamos cansados, pues resulta casi irrefutable, que su forma de actuar decepciona, frustra y embarga en ira. ¿Qué tal si nos dejamos de vainas, de ambiciones y promesas de estrategias siempre mal habidas?
Hoy me pregunté por qué muchas personas, enceguecidas por el fervor infame y falto de base de la política, celebraban la muerte del ex presidente argentino Néstor Kirchner. Me recuerda también cómo mucho celebraron el bombardeo al Mono Jojoy o los ataques a las Torres Gemelas o al aeropuerto de Glasgow. ¿Dónde les escondieron a esas personas las neuronas?
Yo no me alegro porque alguien muera, pues por más ruin que haya sido su existencia y parecer, al morir, como si al ser humanos nos diera pesar de su evolución y salida de este caos, rendimos homenaje a alguien que jamás conocimos. Sólo fue un simple y descarado parecer.
Es por ello que yo jamás aplaudo al principio de la función. ¿Qué me han mostrado? Odio ese vicio de muchas personas de aplaudir sin siquiera haber comenzado la función. Yo espero, no me guío de un parecer y una expectativa para aplaudir, sino que rescato cuando es necesario el mérito. Por algo dicen los taurinos, que “corrida de expectación, corrida de decepción”. Y les confieso compañeros lectores, cada vez creo más ese dicho que expresa… “es mejor malo conocido que bueno por conocer”.
Quien mira hacia afuera… sueña y quien mira hacia adentro despierta. Quien simplemente cierra los ojos perece. No soy la última palabra en la existencia, no soy el sensei de la vida ni soy la persona con la mayor inteligencia emocional, es más, soy todo lo contrario y eso me permite narrar estos hechos como creo que son. Si usted sabe leer, me entiende.
Haga aParecer su personalidad y realidad y no la haga parecer un sueño del que no desea despertar.
(Por eso comienzo con el hombre en el espejo... Le pregunto si quiere cambiar su forma.. y ninguna repuesta puede ser más inteligente)
Fin de la historia del miércoles.
Feliz Vida.

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martes, 26 de octubre de 2010

Incoherencia

Bienvenido a la Calle de la Libertad. 

Parecería una pequeña incoherencia que yo viniese aquí a escribir lo que escribo con los ojos o simplemente me quedara hundiendo teclas con el mínimo fin de hacer aparecer códigos en su frente que no dicen nada. Sólo ocupo su tiempo, o al menos eso hago. Lastimosamente no tengo el don de confundir a través de ceñidos y complicados dictámenes adverbiales y adjetivos sus pensamientos trayendo hermosas y frías frases líricas con las que muchos se llenan. Perdedores. No les da pena tener siempre que importar conocimiento. Sean un poco originales, o al menos intenten crear algo coherentemente autónomo que les ayude a soslayar esa falta grande a cordialidad con su cerebro. Empalmar los sentidos una vez en cuando es bueno. Porque todo es una incoherencia. 
Mi forma de escribr es directa. Probablemente sea completamente opuesta a mi forma de hablar, la cual está compuesta de eufemismos para dilatar el tiempo mientras le doy espacio a la reina mente de salir con algo que sea realmente coherente con el resto e incoherente conmigo, porque en realidad estoy esclavizado a decir muchas cosas porque 'toca' y no porque me nacen decirlas. Al parecer no soy únicamente incoherente en estas disgresiones, sino también con mi forma de existir. Muchos de ustedes están a punto de cerrar esta ventana porque entienden poco de estos párrafos incoherentes, pero no sé qué más decirles para que se queden. ¿Que no son coherentes si cierran la puera a algo que no conocen?
¿Se considera usted una persona coherente? Lleva las riendas de lo que dice, es más, tiene la fuerza de voluntad y de acción para asegurar que aplica lo que dice. ¿Filosofa de verdad?
¿Su corazón late coherentemente? ¿Su mente piensa lo que debe sentir coherentemente? ¿Actúa usted con su mundo coherentemente, es decir, trata a casa uno como merece que le traten? O más bien, ¿cohesiona al mundo y cree que todo es más de lo mismo y no encuentra nada más qué hacer diferente a sentirse en un 'mierdero'?
Qué difícil resulta ser coherente, o medio cuerdo. Para ser coherentes con mi pensar, no les traigo un lenguaje florido. Resulto ser el némesis de mi hermano, de quien me quiere, pero esa es la idea. Por algo dicen que los polos opuestos se atraen. Yo no quiero más de lo mismo. Tengo que ser coherente y actuar como tal.
Tal vez ni sea coherente o incoherente. Puede que no encuentre relación alguna con mi forma de vivir. Todo es un caos y es mi felicidad ver que cada día propone un nuevo rompecabezas, que me frustra mayormente al imposibilitarme muchas veces resolverle. Pero la idea es ganar pero no triunfar. Si nos enseñamos a la victoria probablemente jamás conozcamos el triunfo, jamás conoceremos ni siquiera quienes somos. Es por ello que estos últimos días he pensado que no hay nada mejor que un enemigo, porque saca lo mejor que está dentro de nuestro ser para hacernos evolucionar. Al menos eso tiene algo de coherente, pero lo hago al revés. Soy incoherente. Vivo refugiado en amigos, que muchas veces no dejan estallar la persona que soy o que simplemente me mantienen en la línea de apoyo para lo que es y no más. No quiero ser desagradecido con ellos, más cuando les amo como a mí mismo, pero entiendo que con ellos conozco a alguien más que no soy yo… no es nadie.
No parto de comunicar con MIS palabras lo que otro ya dijo con las SUYAS. Soy muy egoísta y sólo pienso en mí. Cada persona ya tuvo su tiempo de pensar. Mi deber no es reverberar lo que estaba dicho anteriormente, mi tarea es sacar algo más, dejarme de ‘vainas’ y crear algo, así sea una frustración, pero crear algo mío, así sea incoherente. 
No sé si esta entrada haya sido al menos coherente y quien escribo hubo terminado su tarea tal como la comenzó. Viendo que todo esto es una incoherencia y práticamente, una factible confusión.
Como dice mi hermano, por eso 2x2=5
Zelif Diva. 

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lunes, 25 de octubre de 2010

Hay días que...

Hay días que…
Hay días que me animan a escribir en este blog, cuyo nombre es un enemigo del contenido. Hay días en los cuales no ansío nada, ni siquiera saber qué pasa en mi rededor. Ni siquiera de querer reportar. Porque hay días.
¿Qué es un día? ¿24 horas? ¿12 horas? ¿Luz? ¿Tinieblas eternas? ¿Todo junto tipo Señorita Antioquia? ¿Una fracción mental? Usted decida...
Jamás me sería fácil comprender por qué un sol y una noche, muchas veces más clara que el mismo día, pueden cambiar con el factor tiempo mi forma de estar y sentir lo que en realidad hago. No es fácil, menos para quienes somos cíclicos, comprender el factor de querer y no poder, o poder y no querer. Porque la ambición nuestra rompe el saco. Cualquiera que me conozca sabrá a qué me refiero con ello.
Hay días que sacan la mayor de nuestra estirpe a flote. Hay días en los que nos nace cambiar al mundo por la injusticia que reina. Mandar al diablo a los árbitros por cometer esos errores que nos perjudican y que por lo general benefician a nuestro enemigo, como los Green Bay Packers. Hay días en los que no nos importa nada, si algo está por encima del bien o del mal. Todo es completamente prescindible. Prescindimos de nuestro querer y nuestro gusto, pero no podemos hacerlo de quienes somos.
Hay días en los que sentimos que el sol y la propia humanidad se han puesto de acuerdo para hacernos sonreír.  No obstante, hay otros momentos en los cuales la neblina con su frío respirar evade nuestra mirada y puja ésta hacia el suelo, cosa que nos marque un día por cabizbajo.
Hay días en los que sentimos enamorarnos del mundo. Cuando con todos queremos pasar nuestro tiempo, aprender, discutir y debatir nuestros argumentos para hacerles crecer. Hay días, de esos, mis favoritos, cuando estamos con el hermano, amigo, confidente o compañero hablando de lo que no se logra hablar en un buen tiempo. Dándole paz al espíritu de ser quien es. Dándome gusto. Siendo feliz. No obstante, hay días en los cuales no queremos a nadie. Queremos una pausa. Todo es una constante solución. Lo único por lo que podía implicar en el mejor de los casos, es un abrazo sincero, que cargue y descargue la verdad de quien somos.  Hay días en los que lo mejor que podemos hacer es alejarnos de los nuestros y hasta de nosotros mismos. Una hipótesis cargada de sentimiento pero de paz. Como me lo dijo una voz para la consciencia, descansar de las otras personas. Así, se toma un nuevo aire y se renueva.
Hay días en los que todo brilla por un acontecimiento futuro. Puede que se parezcan a todos mis domingos que son una larga espera hasta la hora en la que el estrés semanal hunde el botón de ‘RESET’ cuando los Minnesota Vikings salen a la cancha a hacer de mi tiempo un sufrimiento completo. Después de eso, otra semana comienza. Mi pensamiento de fin de semana sólo va alrededor de lo que pueda pasar con el ovoide, Favre, Childress, Allen, Harvin y mis ‘Purple People Eaters’.  Hay días sin embargo, que ni el mejor pase de Favre, ni la mejor intercepción de Henderson ni el mejor ‘rush’ de Harvin logran cambiar un presente angustioso e incierto. Claro, todo es una tormenta… dada por una brisa descontrolada del pensamiento.
Hay días en los que hay morbo y por eso existen ganas de ver Noticias de RCN y al llorón de Protagonistas. Hay días en los que la sociedad toma la figura de un objeto más. Como lo pueden ser las personas, tiernos objetos perplejos creados por nuestros pensamientos, concretos como ellos pero que no pueden llegar a influenciar un turbio y ocupado presente.
Hay días en los que quiero escribir y hay otros en los que no quiero que sepan de mí. Hay días en los que quiero estar en casa e hibernar todo el día, en cambio hay otros que le huyo a los brazos invisibles pero muy sensitivos de mi lecho. Porque hay días que la existencia toma otro color. Hay días que la muerte toma una fuerza indómita en la cual logra destruir cualquier recuerdo de tiempo pasado y trae perversamente una idea que pasa rozagante por mi pelo, señalándome que en ningún espacio activo está la vida ida y que más fácil se rasguñan las piedras a tener el sentimiento candente del interior. Hay días en los que todo se acepta y se sigue.
Concluyo diciendo que no hay días. Simplemente, hay tiempos, pero no hay días. Estrictamente porque no poseemos los días. Es fácil comprender que jamás vamos a ser iguales o vamos a estar cobijados por la misma  luz. Porque en el mundo, sólo hay una hora del mismo día (en las partes habitadas), y probablemente, pasamos esas dos horas idos en el mundo de la imaginación pura y en el desenfreno del sueño.
Este fue un buen día.
Feliz Vida
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domingo, 24 de octubre de 2010

El beneficio de la duda

Luego de una muy compleja y larga pausa, vuelvo a este editor de texto para narrar otra experiencia de esta semana que concluye. Aprendí lo saludable que resulta dar el beneficio de la duda pero lo frustrante que es estar en la incertidumbre de conocer por partes lo que en realidad es un todo. 
Como lo comuniqué anteriormente, no se sabe a qué sabe en realidad el café, hasta que se prueba frío y sin acompañante. Las cosas como son no se aprenden con añadiduras o adornos que en realidad no sirven para nada.
Todo esto empieza a complicarse realmente cuando vemos que nuestros esfuerzos no dieron ningún usufructo. Después de tanto intentar no se consigue ninguna muestra de seguridad. Creo que muchos tendemos a llamarlo desfallecer. Probablemente,  esos seres piensan que, como individuos, la sociedad les estará acompañando siempre para lidiar con sus intrínsecos problemas. Lo único que comentaría, es que un poco de sentido común no les haría ningún daño y que si pudieran poner los pies en la tierra y ver lo desagarradora que es su conducta, les haría bien, mas para no ir como Bart Simpson, haciendo daños por doquier sin siquiera percatarse del daño producido. 
Otorgarle el beneficio de la duda a aquéllos que ni siquiera saben qué están haciendo, parecería un legítimo error, puesto que sería poner en trance errores de quienes no están conscientes de ello. Pero no es verdad, todos son sanos, o eso es lo que uno asumiría al ver su conducta y por ello, yo los culpo de los errores, muchas veces cínicos y perversos contra muchos. Yo no dudaría que algo debe estar pasando para que una persona haga eso, pero sí pienso más de dos veces al ver los forma en la que se forma conducta tal.
Para no poner a su persona en duda, y no tener que especular de sus motivos de acción, sólo digo esto: aíslese.
Qué sea lo que tiene que ser y punto
Feliz vida.
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domingo, 10 de octubre de 2010

Experiencias

Creo que más de uno en el término subjetivo de existencia que lleve, se ha puesto a pensar de que las caídas mentales en la vida por lo general no existen. Las caídas al igual que los levantes no son cosas que tengan alguna moderación, todos son experiencias, buenas o malas. Es poner en la tela de juicio de la utilidad del objeto a las personas, a los sentimientos, a las frustraciones y a nosotros mismos. Es caer en un cuarto con únicamente dos puertas... Lo positivo y lo negativo. Lo bueno y lo malo. El crecimiento y el decrecimiento. 
Aunque esta entrada puede tener los tintes feos y redundantes de su amigo Paulo Coehlo, no quiero enfatizar diciendo que el universo está conspirando por su bien, es más; bájese de esa nube. Lo único es expresar mi pensamiento acerca de las experiencias y el lado empírico de la vida.
En la vida se aprenden muchas cosas viendo, no obstante, jamás se logran comprender a cabalidad hasta que se viven. Es por ello que me molesta tanto la gente que en un estadio se convierte en técnico y en jugador, cuando van a Cine les queda Steven Spielberg en alumno, que en un restaurante jamás les cocinan bien... en fin... Todo sólo sirve desde el punto de vista de ellos. ¿Será que son tan experimentados? Pues casos de casos, no creo y menos si va a un estadio a madrear todo el tiempo. 
Hay cosas de cosas. Una es vivir por fuera de la casa propia. Vivir lejos de casa. Graduarse. Tener amigos de verdad y pelear con ellos. Y muchas otras por no decir todo. Vivir es prácticamente ir experimentando de la forma más relativa.
Sin embargo, no hay que forzar la velocidad desconocida del presente para conocer algo más de la dimensión en la que hemos tenido que habitar. Me genera placer vivir, pero más experimentar y conocer por ciencia propia las cosas. Es por ello que lo siento tanto por las personas envidiosas, a quienes su sed irremediable de experiencia no les permite actuar y por ende se privan automáticamente de lo que es vivir. Pero que lo hagan. En experimentar creo yo está la clave a la sabiduría. O al menos re-experimentando, porque no se pierde nada y se gana mucho generalmente. Quien vive sin errores refleja que no está experimentando sino que resume las cosas en un campo controlado donde no le da espacio al 'free will' para actuar. Aunque no conozco ninguna persona que logre actuar sin errores. 
No lo hago sólo por decirlo, sino por sentir también de que logro esa parte de la complejidad de la persona en saber qué pasa y qué se siente. Eso es lo que muchos de nosotros queremos saber cuando nos enfrentamos a las partes de la vida, quere saber qué pasa si...
Yo sólo sé que me gusta experimentar un poco de diseño web, de dar a conocer mis pensamientos y sentir que la vida pasa poco a poco sin poderla al menos ver. Por eso debe sentirla.
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