¿Algo que no encuentra? Busque aquí en el blog on en la web

miércoles, 22 de junio de 2011

Sociedades gregarias

Sábado en la noche. Lugar, supuestamente el más 'play' como muchos perdidos llaman al sector de El Cable en Manizales. (Escribo El Cable porque no sé si el sitio se llama Cable o El Cable. Me voy por lo segundo).
Recién había terminado el partido por la Liga Postobón en Medellín que definía a Atlético Nacional como campeón del rentado doméstico, luego de vercer por la vía de los cobros desde los doce pasos a Equidad Seguros.
El partido finiquita, y como lo sentíamos en todo el país, el partido estaba marcado entre los hinchas del Nacional y el resto del país que apoyaba, lastimosamente a Equidad Seguros.
Fin del preámbulo.
Bajo la Torre de Herveo, la del cable hace mucho tiempo, aguardaban un grupo de antisociales, unos 15, a los que los pasajeros miraban con sospecha. Todo normal, hasta que en el semáforo de la calle 65 con Carrera 23, es decir, en el semáforo frente a Cable Plaza. Uno de los integrantes de ese grupo saco un arma blanca y atacó a los integrantes de una moto que circulaba en ese momento por allí. Creen muchos espectadores que el antisocial alcanzó a herir al conductor de la moto, quien siguió para evitar problemas con una parrillera. El motivo: Los integrantes de la moto eran seguidores del Atlético Nacional.
Y así siguieron las cosas por al menos 45 minutos en ese sector. Otros atacaban con machetes un taxi que llevaba hinchas del mismo equipo, a carros. Apuñalaron en un costado a un moticiclista en la Carrera 23A, es decir, en la pequeña transversal que hay por Juan Valdez de El Cable.
Las llamadas a las policías hechas por varios desde el sector fueron infructuosas. Después de unos 45 minutos de zozobra, se decidieron a llegar tímidamente cuatro agentes uniformados, que no lograron sino disociar la zona anterior a la Torre. Requisaron a seis sospechosos, no encontraron nada y estos se marcharon.
Ésta es la historia de un sábado por la noche que tiene como protagonistas a unos desadaptados, gregarios, que no lograban tolerar la victoria ajena. Cínicos ellos que acudían a herir a quienes disfrutaban de su 'derecho' a celebrar la victoria del equipo de fútbol de sus amores. Pero esa es la intolerancia que marca a este país a diario y la acción de la fuerza pública, que ceñida a obsoletos códigos protectores deja que las cosas sigan así, como si nada.
¡Qué vergüenza!
Bookmark and Share