Como lo he mencionado muchas veces en este blog, en mi infancia tuve algunos problemas que últimamente se han convertido en traumas de vida. No fue fácil para mí asimilar la crisis de que en mi país a una habitante le hayan colocado un collar bomba y que atacaran las personas que admiraba de los medios. Mi amor hacia estos creo que se remonta desde el año de 1997, cuando sólo era un pibe y me interesaba mucho en las noticias. Encuentro en mis recuerdos sensacionales noticiarios, como el Noticiero del Medio día y el Noticiero Q.A.P. dirigido por Gabriel García Márquez. Esta gran escuela de periodistas ya está regada por el mundo por su inmensa calidad. Sin embargo, Colombia nunca ha dejado de lado la sátira y el humor político. Nuestro país ha contado durante la historia con magníficos expositores de esta rama del periodismo, o al menos así lo considero.
Jaime Eduardo Garzón Forero, fue un excelente periodista, quien junto a sus oficios alternos como abogado y pacifista le dio al país una muestra que desde los medios la denuncia social sí puede calar en la mente de los receptores y no es un cuento más de la Televisión o la radio. Jaime, fue un genio completo, de esos que se descubren una vez en cada generación, esos que son capaces de mezclar un periodismo impecable e imparcial con el humor. Una combinación que el público colombiano ama sobremanera. Garzón desde los micrófonos logró ganar el afecto y amor de todos los colombianos con diversos personajes que necesitaban coraje para ser interpretados. Jaime, crea el Noticiero QUAC, el cual se le conoce como una mofa al noticiario Q.A.P. Es necesario que entiendan, mis apreciados lectores que esta historia no va cronológicamente y por eso pueden llegar a verse confundidos.
Muchos colombianos conocimos a extraordinarios personajes que nos llegaron al alma. A mí, particularmente me llegó Heriberto de la Calle, una especie de embolador que se ganó los corazones del 99% de los colombianos. Admiro el poder de Garzón Forero en esto, pues se hizo quitar los dientes para poder personalizar la figura del embolador. Algo que jamás he visto y desde entonces se ha repetido porque a muchos les falta coraje para preferir a la audiencia al prestigio personal. Estas entrevistas que salían en CM& les juro que me marcaron y las extraño. Después, llegó el bodrio... La sección de entretenimiento. Nunca les quedó claro a los directores ni a los creativos que entretener NO es lo mismo a embrutecer. Otras representaciones encarnadas por Garzón fueron Nestor Elí, un celador genial que hacía las veces de chismosos e iba a la parte Top Secret de los políticos. De personalidades que SÍ valían la pena. Godofredo Cínico Caspa, un historiador, filósofo y letrado quien se encargó de predecir y juzgar la actualidad de nuestro país. Fueron muchísimos otros que hicieron de su repertorio algo genial, porque para Garzón, no había tema tabú; todo era un cliché y merecíamos entonces saberlo.
Jaime, creó un excelente 'informativo' llamado Zoociedad. En éste, él explicaba cómo nos trataban como animales domésticos, los animales salvajes. Ya sabrán a qué me refiero. En estos días que anda de moda atentar contra el periodismo me cuido mucho de decir cosas que pongan en peligro mi integridad física, pus mi integridad moral ya está en pedacitos.
Garzón fue un gestor de paz. Gracias a su tarea como facilitador le dio la libertad a muchos naturales que habían sufrido el flagelo del secuestro. No le costó jamás levantar la bandera Nacional para decir que antes de ser tierra de unos u otros, es tierra de todos. Es tierra Colombiana y de nadie más. El boom de Jaime Garzón se dio cuando empezó a funcionar como director del altamente prestigioso (en ese entonces) Noticiero de las 7. Tiempo y lugar que le dieron el impulso para crear mencionados hitos en la historia de los medios televisivos del país.
Émerson de Francisco, Godofredo Cínico Caspa, Hector Elí, Jaime Garzón o como le quieran llamar fue asesinado cobardemente un día como hoy, pero de 1999 cerca de su estación Radionet en Bogotá a manos de sicarios. Yo jamás me había sentido tan dudoso de ser Periodista como vi ese día. Este hermoso ser con toda su genialidad cayó a manos de la cobardía de la violencia. De aquélla que sólo se usa cuando se explota. Esa balas acabaron con el cepillo de lustrar de Heriberto o la máquina de escribir de Godofredo. Todo se fue, tan rápido como las balas que quisieron acallar una realidad fea y miserable de la cual el país no logra despertar. Lo único con lo que no contaban quienes lo mandaron a asesinar era que su legado estaría tan vivo como lo está hoy. Que se pueden borrar las personas y los nombres, pero jamás las memorias y las ideas. Pudieron quitar físicamente el cuerpo de este periodista, pero no se pudieron llevar su sabiduría mediática, la cual aún vive, o al menos entre muchos quienes somos pendientes de cualquier evolución en los medios.
Investigaciones dicen que el líder de las Autodefensas Unidas de Colombia, Carlos Castaño ordenó ejecutar su asesinato.Hasta ahí hemos llegado. Acerca de los sicarios no quiero hablar. Ya lo hicieron. Ya halaron del gatillo y dejaron mi coraje periodístico buscando en un vacío que hoy no logro remediar.
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