En el amor se mide al extremo. Tiene la impresión de que si dice o hace algo que no toca, el castigo es el abandono. Por esta razón —que es la sinrazón— está en función de complacer sin límites a su pareja y de ponerse en segundo lugar para no quitarle brillo. En el fondo sabe que por esta vía no se construye el amor y se recrimina por no defender sus prioridades. El miedo al abandono lo persigue desde la infancia, de acuerdo con su único arcano, el caballo de copas, al revés.
¿Creerlo o no? ¿Vivirlo o no? ¿Recordarlo o no?
Atentamente: el muy sabio tarot. (De mavé para que la #leylleras no me crucifique).
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