Finalmente me reinserté a la sociedad. Eso sí, no fue un falso positivo ni con barbas intento justificar mis actos.
¡Ya era hora! Tenía que entrar en mi consciencia y decir... ¡Basta! ¡Cómo he menospreciado mi tiempo dándoselo a algoritmos repetitivos con el fin de saber la vida de otros seres, que muchas veces, veo en la calla y ni siquiera el saludo les comparto?
Ya era tiempo de cerrar la pantalla de la computadora, de nuevo abrir un libro de verdad, leer e imaginar, o simplemente contemplan el blanco pálido de mi techo mientras veo al segundero dar vueltas completas. No quise más azul de los Pitufos, no quise sufrir porque sí o porque no. No quería ver más fotos de fiestas que no me pertenecían... Ya estaba cansado de colmar mi servidor API con actualizaciones frondías de dramas, de relaciones que se rompen con el pasar de los segundos y chismes. De las mismas indirectas que envío por Twitter hechas por otras personas de la forma más explícita posible. De las publicaciones de muro en clave y del drama hecho bajo el Inbox. Creo que ya quemé la etapa, a las malas. Razono ahora que la F de Facebook da para decir 'Fake', cuya traducción al español resuelve en Falso. Ha sido suficiente. No me interesa que me apoyen y ya las críticas son muchas, pero la paz que he conseguido luego de dar un clic en 'desactivar cuenta' ha sido inconmensurable. Porque las relaciones de verdad y las conversaciones de frente suplen y hacen crecer más una amistad que un falso 'te amo' (con corazón 'coraza' virtual incluida) en un muro. Disfruten de sus Facebook mientras puedan.
Todo por hoy.