Es una moda. Es una tendencia. Es increible. La marca canadiense de tecnología Research In Motion (RIM) se ha hecho un muy buen dinero en Colombia gracias a las existosas ventas de sus aparatos de comunicación celular que van más allá de ser un simple teléfono.
Muchas personas tenemos un dispositivo Blackberry, la mayoría con diferentes intenciones. Para muchos tener el teclado como facilidad de entrada de texto era una gran ayuda. Para otros muchos, tener comunicación vía chat (de las que odio) por un Identification Personal Number (PIN) y no poderse desconectar ha sido el mejor de los inventos. Para mí, es ir con mi oficina periodística a todos lados ya averiguar lo que quiera mientras me encuentre en la red.
Pero este 'aparatejo' como le llaman muchas tías consume personas. Les hace olvidar las reglas del muy desconocido Manual de Carreño. Y muestra cuand faltas de educación son muchas personas cuando al hablarles están más interesadas tecleando que cumpliendo con el acto que confiere la presencia. Señor usuario, si usted es adicto y no es capaz de despegarse del chat, dígale a su interlocutor virtual que primero está el presente que el ausente. Habrá tiempo después para seguir con la charla.
Reconozco, como usuario de RIM hace mucho tiempo que esta vaina genera mucha adicción. Pero debe saber que generalmente, el Blackberry en lugar de mejorar la comunicación, la debilita y finalmente logra su objetivo, simplificar todo.
Al parece este aparato aún no pasa de moda, y todavía le queda mucho tiempo dando de qué hablar. Quienes antes lo criticaban, ahora se consumen hablando por éste... y finalmente creo que ya pronto la dependencia a la comunicación marca RIM será una enfermedad mental de la que se debe enseñar en las escuelas sicológicas.
Si se siente feliz de tener un Blackberry, recuerde que está siendo rastreado por las ondas 3G y EDGE que emiten estos aparatos que tienen GPS incluído. Sus ojos reducen su capacidad y los problemas con el síndrome del túnel carpiano aumentan.
Probablemente, si usted no tiene uno me dé la razón en algo, y si lo tiene también... pero reconozco que este vicio consume y que ya estoy hasta el PING de que me ignoren mientras hablan con el ausente. Por mucho tiempo no habrá una palabra definitiva, pero por algo dicen que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Mi generación es la que más ha sufrido por culpa de RIM o más a gozado a cuenta de Blackberry. Sólo queda esperar qué nos queda en un plazo de 10 años para saber cuán enajenados de nosotros mismos quedamos.
Todo por hoy.
PD: Por el amor a su madre y padre, no le abrevie 'BB'.
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