Continuación:
Como lo mencioné en la primera entrega de esta entrada, el tiempo es la base convencional del progreso o evolución humana. Es la medida que permite establecer duraciones y perduraciones. NO obstante, el tiempo no tiene quién le ataque ni quién le defienda. Al parecer siempre va a estar cabalgando. Puede que cambie si nos mudamos de planeta, pero no creo que nos toque eso. Primero estamos muertos.
El tiempo, no permite abusos pero sí esclaviza, como ningún otro tirano. Ya estamos destinados a vivir y dividirnos para cumplir las labores de la madrugada, la mañana, el medio día, la tarde, el amanecer y la noche. Ellas, con luz o sin ésta, determinan ya un horario. Un tiempo. Es inmutable primera vista, y tratar de modificarlo requiere mucho trabajo, eso; personalmente.
Para conseguir algo, hay que ser perseverante. En otras palabras, hay que dejar las cosas fluir con la misma intensidad del tiempo. Dejo hasta aquí porque me aburrí y no me queda más tiempo.
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