Siguiendo con la entrega anterior del caso Wikileaks hoy traigo la perspectiva desde mi punto de vista como periodista. Pero antes comento lo siguiente.
Estamos en crisis periodística en el mundo, pero muy profunda en Colombia. Les tengo esta entradilla antes de llegar a lo que nos compete. No sé si se hayan enterado que la mañana del jueves, 2 de diciembre, en RCN Radio de la mañana (Antiguamente Radio Sucesos RCN), el conductor de este programa, el Ex. Vicepresidente de la República, Francisco Santos Calderón, primo del actual presidente de Colombia, entrevistó al ex. Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, en la cual se notó más que una armonía y lentitud con el entrevistado, más el aprecio que mostrada el entrevistado por el entrevistador. RCN se defiende diciendo que ‘Pacho’ estaba haciendo su trabajo desde su profesión como ‘periodista’, pero no se refiere a la calidad de preguntas secas y no provocativas que le formuló al ex primer mandatario. Eso por un lado. Pera esta cadena no se queda atrás y junto a sus hermanos malvados de RCN televisión, realizaron el miércoles, 1 de diciembre, una condecoración a las personas más influyentes del país. Este galardón tenía nombre propio. Juan Manuel Santos Calderón. Pienso que es una forma de disfrazar alguna empatía con el gobierno. Ese criterio de persona más influyente se presta como cualquier malversación. Siempre estaré en contra de que cualquier institución haga distinciones y reconocimientos de este tipo a funcionarios públicos de poder, tal como el Presidente de la República.
Lamento herir el corazón de mis lectores santistas, pero los presidentes no pueden condecorarse desde los medios. Es en práctica, latentemente reconocer que su gobierno por su gestión y están allí para felicitarlo. Los medios no están facultados para realizar esto. Dejen esos protagonismos a corporaciones y a otros gobiernos o entes. ¿Dónde olvidaron o dejaron tirada la imparcialidad, más en esa cadena?
Avanzando un poco en el tema, me refiero ahora de nuevo al caso de Wikileaks que tanto ha dado de hablar a la opinión pública por la calidad de chismes e información barata que están liberando al público. Claro, Wikileaks ha dado a todos un tema para hablar. El señor Assange, no fue tonto esta vez y supo asegurar su victoria mediático enviando esa información primeramente a los diarios más influyentes del mundo y así, remolcar la atención mundial hacia un solo hecho. El resto de los medios del mundo informaron lo previamente publicado por los otros periódicos.
Creo, coloquialmente, que el periodismo mundial peló el cobre y mostró que cada vez más suben a sus salas de redacción, seres morbosos, interesados en parecer periodistas y obtener fama en lugar de ejercer esta difícil y complejo, pero hermosa profesión. Es un honor al que pocos ameritan ahora llegar.
A juzgar por los valores de noticiabilidad del caso. De qué consta la noticia de Wikileaks.
Chismes, correos, o como quieran llamarle entre funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América. Básicamente no hay profundidad. Primero, hay que comprender que cada nación tiene su propia forma de ver los asuntos de la complicadísima política exterior. Es más, mi recomendación para Hillary Clinton es que se haga la loca frente a los rumores de Cristina Fernández Viuda de Kirchner. Ella, mejor, debería asegurarse de que Bill no se la vuelva a jugar con la secretaria de turno.
Vamos al newsmaking de este caso. Siendo cuerdos y analizando correctamente, la única noticia en propiedad que logro sacar de este hecho es la fuga de información (noticia vieja) y liberación ilegal de material clasificado de parte de una organización sin ánimo de lucro. Wikileaks puso en peligro la seguridad nacional de un país mientras ponían al descubierto una serie de chismes, que a largo plazo son argucias abyectas.
“Por otro lado existen restricciones relacionadas con la organización del trabajo, sobre las que se construyen convenciones profesionales que determinan la definición de noticia, legitiman el proceso productivo (desde el uso de las fuentes a la selección de los acontecimientos y las modalidades de confección) y contribuyen a prevenir las críticas del público (Garbarino, 1982, 12). Se determina así un conjunto de criterios de importancia que definen la noticiabilidad (newsworthiness) de cada acontecimiento, es decir, su ‘aptitud’ para ser transformado en noticia”.
La anterior cita, escrita por Mauro Wolf, explica, de una forma muy compleja lo que hace una noticia para que clasifique como tal. Parte desde la consecución de una fuente completa e integral para informar un hecho y convertirlo así en noticia. La selección de los acontecimientos muestra la ética y la preparación de los periodistas y el medio. Mi pregunta en el caso Wikileaks, es, ¿dónde queda la materialización de las fuentes de parte de los medios? Sólo unos correos, que no han sido plenamente confirmados como auténticos son la fuente para una noticia como ésta? ¿Desde cuándo los periodistas hacen noticias partiendo de rumores y chismes? ¿Qué noticia tiene que un presidente use botox? ¿Qué buscan ahí? ¿Qué clasifica cómo noticia? (Continuará).
Tweet
No hay comentarios:
Publicar un comentario