La organización ‘Reporteros sin fronteras’, dijo el tres de diciembre que la información de Wikileaks no viola la ley. Dicen ellos: "La información que WikiLeaks ha puesto a disposición de la prensa y de los periodistas y, después, a disposición del público es una información de interés público y no viola la ley" porque concierne "al derecho de acceso a la información de todo ciudadano". También agregaron que Wikileaks "no ha robado nada" sino que "ha recuperado documentos de interés público".
Ésa es pues, una expresión periodística luego de que Francia prohibiera que cualquiera de sus servidores de internet, sirviera a Wikileaks para seguir liberando información diplomática estadounidense. Sin embargo, aquí los medios empiezan a liberar lo que les conviene. Por ejemplo, The New York Times no habló jamás de los ‘cables’ (información básica) entre las Coreas y los problemas que existen entre Washington y Pyongyang.
En los Estados Unidos, hay un comentarista radial llamado Rush Limbaugh. Su sintonía diaria oscila los 15 y 20 millones de oyentes y ha sido catalogado como America’s Most trusted man. (El estadounidense en quien la gente más confía). Su años en la radio le han dado la mayor sintonía en ese país y su audiencia creció un 101% desde que Obama se convirtió en el presidente de ese país. Él dijo lo siguiente es su programa radial el lunes, 29 de noviembre.
If this guy was putting illegal music, stolen music, and people would download it free from his site, this guy would be history! But, no: he's out there publishing all these dirty little secret, these cables that go back and forth from State Department to embassy. We can't find him.
Si este tipo, estuviera subiendo música ilegal o robada y la gente la descargara gratis desde su sitio we, este tipo sería historia. Pero no, el está allá publicando todos esos secretos sucios, esos cables que van y vuelven desde el Departamento de Estado a las embajadas. No lo podemos encontrar.
Dice también:
What's worse, the New York Times leak of all this stuff, or this hopelessly banal, introspective blather, 850 words about why they released the stuff and the justification for it. Now, if the New York Times really wanted to be as thoughtful as they claim, if they really wanted us to think that they agonize over all this kind of thing, that they are as ethical, as responsible, driven by the people's right to know, then they would do this. They would release all the e-mails between their editors and reporters, between their management and their circulation department, between their publisher and the financial people, between their feuding family factions. The people's right to know is not a slogan, it's an ethical standard, or it was when the Times were the Times. If they're really worried about what's in the WikiLeak stuff, they're gonna tell us about the internal debate they had. It's okay for us to learn about every detail of everybody else's private affairs, but the Times won't tell us what they went through to get all this.
Lo que es peor, es que la fuga del The New York Times de todo este cuento, es la desesperanzada, banal e introspectiva charla sosa de 850 palabras acerca del porqué ellos trajeron a la luz pública este cuento y la justificación de éste. Ahora, si NYT realmente quería ser tan reflexivo como lo dice, ellos realmente quisieron que pensáramos que agonizaron sobre todo este cuento, que son tan éticos y responsables, manejados por el derecho de las personas a saber y por ello lo harían. Ellos tendrían que sacar a la luz pública todos los correos electrónicos entre sus editores y periodistas, entre sus coordinadores y su departamento de tráfico, entre su publicista y la gente de finanzas, entre las partes enfrentadas de su familia. El derecho de la gente para saber no es una frase, es una norma ética, o lo era cuando el periódico era el periódico. Si están tan preocupados por el cuento de Wikileaks, nos tendrán que decir el tipo de debate interno que tuvieron. Está bien para nosotros el conocer cada detalle de los asuntos privados de todos ellos (diplomáticos), pero el periódico no nos dirá por qué tuvieron que ir para conseguir todos estos cables.
Aquí está pues la versión de Limbaugh acerca del desorden mediático que han causado los documentos del señor Assange. Dice también Schlesinger:
El aspecto más importante es que la articulación de la red de las fuentes no es en absoluto casual ni arbitraria:
Aunque la idea de que los periodistas transmiten la información de las fuentes al público siguiera un proceso lineal, de hecho el proceso es circular, complica ulteriormente por una gran cantidad de efectos circulares de retorno… En realidad, fuentes, periodistas y público coexisten en un sistema que se parece más a tirar de la cuerda que a un organismo funcional interrelacionado. El tirar de la cuerda se resuelve siempre con la fuerza: y las noticias son, entre otras cosas, el ejercicio del poder sobre la interpretación de la realidad.

Está claro aquí que las noticias son el remolque que lleva la actualidad y sus cambios. Las noticias están determinadas por el juicio de noticiabilidad que le dé el periodista para su desarrollo. Muchos periodistas están felices repartiendo los chismes de los mandatarios y embajadores, mientras que otros en realidad se preocupan por los intereses geopolíticos que Estados Unidos quería ejercer, hasta la semana pasada en el mundo. Y quién sabe si esa estrategia de política exterior siga en marcha. Muchas veces, este tipo de revelaciones sirven de cortina de humo para el manejo callado de información mucho más trascendente.
Muchos han manifestado que el comunicado de la NASA acerca de la vida extraterrestre haya sido un intento del gobierno norteamericano para desviar la atención. Ya los mismos medios de ese país han dejado de reportar lo que pasa con Wikileaks, simplemente porque ya no son los cables lo que importa sino la organización sin ánimo de lucro y su cabeza representa Julian Assange por lo que hacen. El sitio de Wikileaks, ha sido removido de sus servidores estadounidenses y ahora opera mediante direcciones de protocolo y direcciones en propiedad suizas, suecas y holandesas. (Continuará).