Hoy traigo una entrada diferente. Con otro tono, menos criticón y más personas, haciéndole honor a lo que en realidad es la naturaleza de este blog, las noticias acerca de la vida y de lo que forma cada acaecimiento diario y retratándolo crónicamente. Un miércoles como hoy; beta o recargado, trae noticias acerca de cómo el día de hoy pudo ser uno de los más significativos en lo que va corrido del presente año. No prometo cosas con demasiada entereza pero es que así a veces es la vida de todos. Como seres sentimos que hemos malgastado el tiempo con cosas o personas que en realidad no valen ni la pena de ser mencionadas.
Como todos los días que han pasado de esta semana, el día comenzó bien. Con la misma decisión que vengo sintiendo últimamente de romper relaciones y cordones umbilicales con el afán de darle claridad a mi vida y dejar de pensar tanto en terceros que lo único que hacen es vegetar. Ya no pienso malgastar más mis pobres y cansadas neuronas en preocupaciones relacionadas a personas egoístas e indefinidas. Sí, es ésas que quiero coger por la cabeza y sacudirlas para que reaccionen, pero en estos días, sólo pienso que lo mejor que puede pasar es que se rompan la cabeza cuando se choquen con la verdad que les guarda esta vida.
Fue como siempre, un desayuno decente de parte de mi madre que esta vez me comí con los ojos cerrados y sin pensar en nada. Encendí el pc y entré a ver qué había de nuevo en el aburrido facebook, ahí vi que mi mejor amigo había comentado en mi status, que; para quienes me conocen tiene mucho de esencia y quienes me conocen aún más saben qué está pasando por mi cabeza cuando escribo cosa tal. Tiempo de aseo personal y de organizar a contrareloj la ropa que tendía que vestir hoy. No es algo que le interese a todo el mundo pero debo seguir la cronología del caso. Subí la falda, pero la de la calle, ojalá fuera la otra... qué más pensar... en fin. Llegué a tiempo a la Universidad para comenzar otra aburrida jornada. Pero lo bueno es que epistemología, un poco parcializada daba ganas de poner atención. Sin embargo, las actividades que tenía por delante en este día no me dejaban poner el mínimo de atención y la ansiedad me compró. No puse atención; lo único que quería era salir. Así fue toda la mañana, cosa que decidí arreglar todo para no atender a la clase de la tarde. No me daba ganas de hacer nada. A la carrera llegué al consultorio para definir mi situación y la noticia en el caso es que sería remitido, junto a un cuadro viral, a el psiquiatra, puesto que mis desórdenes mentales ya estaban tomando fuerza y no podía dejar que avanzaran a otros sistemas. De resto, fui a mi casa, arreglé un pequeño malentendido con alguien, y después me encontré con mi gran amigo Julián Bernal. Juntos compartimos comentarios. Me asesoró en todo lo relacionado a mis dramas y a lo que yo debo empezar a considerar como mi amigo. Me sugirió con mucho hincapié que tuviese cuidado alto en los medicamento que tomaré después de la visita siquiátrica. Sé que fue un golpe fuerte para mi pensar diario, pero nada del otro mundo. Todo estará bien después de todo. Hablamos acerca de la palabra amistad y de lo compleja que se ha vuelto últimamente para mi mente. De la trascendencia descarada que le doy a x personas y que en realidad no tiene ninguna valía en lo que soy. Como me lo dijo él, no puedo cambiar nada y no estoy en mi derecho de cambiar a alguien. Me daba ese sentimiento de querer dejar todo en claro con quienes tácitamente tengo dificultades de entendimiento y que por no alborotar el abispero escondo ahora. Son acuerdos que un día se romperán y deberán ser tratados con pinzas para no dejar tiempo de risas en tiempo de rencorres y 'maluqueras'. Como siempre, fue un desahogo y excelentes consejos lo que recibí. Probablemente sea cobardía de mi parte, pero quiero dejar claro que parte más del temor de perder una parte de mí que el ánimo que puedo concebir para arreglar una situación maluca. Me da miedo arriesgar el huevo y también perder la gallina... en fin. Acto seguido, junto al señor Bernal, fui a mi colegio, del cual conseguí mi diploma de Bachiller. Fue revivir un pasado bonito, completo de recuerdos y viajar en el tiempo y sentir la frescura que rozaba mi piel en aquellos días. Ya ha cambiado, pero me sigo sientiendo como en casa. Puede que haya veces en las cuales menciono con tedio, pero fue donde compartí, a excepción de un año, los 11 años más frescos y puedo decir felices de mi vida por mucho tiempo. Fue como dicen por ahí; recordar es vivir. Un momento sublime. Hasta ahí. Volví a Juan Valdez a seguir hablando hasta que llegó Santiago Cabana y tuve un momento agradable hablando con un par de personas que quiero mucho y aprecio su cuidado hacia mí. Es algo que me hace crecer y sentir menos deprimido. Agradezco que hayan pasado conmigo un día raro. Volví a mi hogar y organicé mi cena junto a mi madre a lo 'gringo'. Volví para hablar y debatir con el mundo lo que pasó el día de hoy. Minutos e instantes que se vieron largos y que a la hora del resumen, desaparecen rápido. Y es parcialmente y me atrevo a decir que definitivamente, todo por hoy.
Feliz Vida.
Tweet
No hay comentarios:
Publicar un comentario